Moralejas

 Si no les parece mal hoy empiezo hablando de ,Anécdotas de la navidad, que tampoco quiere decir que tengan nada de navideñas, simplemente que han ocurrido durante este tiempo que he estado de vacaciones.Anécdotas, o quizá en algunos casos han llegado a ser noticias, porque la noticia se define como un hecho de actualidad y de interés general..y los intereses ya no sabe  uno a hacia que o mejor dicho hacia donde se dirijen.Era noticia por unos momentos por ejemplo la felicitación de navidad que durante unos minutos estuvo colgada en el perfil de twitter del presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio gonzalez.Era, digamoslo asi una postal navideña en la que ponía literalmente, han venido los reyes a casa, tenían frio les he dado un abrigo, tenían hambre, les he dado comida, querían sexo les he dado tu dirección y ponte las pilas porque son tres y uno es negro y remataba con un jajaj..Al parecer ,o al menos eso dice no lo colgó el sino uno de sus colaboradores que se confundió de cuenta..En fin..Aparte de eso en estas navidades me ha sorprendido una anécdota, que ya digo no pasa de eso, pero quizá si que le podemos sacar una moraleja..Nos ponemos en situación, las nueve de la noche, quince de diciembre , en la calle hace frio por lo que no se ve mucha gente , por no verse no se ven nicoches, las calles están pués semidesiertas..En este contexto un paso de peatones, un semáforo en rojo y una madre con sus dos hijas.La madre pasa con una de sus hijas, la más pequeña, la otra que tendría unos ocho años o algo menos pese a que la madre le dice que cruce no lo hace, se niega a hacerlo porque el semáforo esta en rojo..Cuando la madre consigue convencerla para que cruce haciéndole ver que no pasa ningún coche la chica cruza , llorando y me daba a mi que sintiéndose culpable, porque como ella le recriminaba a su madre entre lágrimas..nos estamos saltando las normas, las reglas hay que seguirlas..Y la verdad, es que si, que en parte esta chica tenía razón…se estaban saltando una norma y como esa norma la sociedad y su madre entre ellas hará que cada vez pasemos más de las normas..En este caso ,la norma en estas circunstancias era inútil, pero quizá en otras nolo sea tanto..de lo cual deducimos que algunas normas deben ser adaptables y que la chica era muy inocente…Si, bendita inocencia se dice por ahí, que la inocencia a mi también me sobra por cierto, dicen que se adquiere con los palos o los masajes que te da la vida…Si ella supiera las normas que se saltan los que ponen las normas…si ella supiera el daño que nos hacen algunos saltándose las normas ,igual no reparaba tanto en saltarse un semáforo aunque a la vez si tomamos el pretexto de que otros no la cumplen para no cumplirlas nosotros tampoco vamos mal, lo que tenemos que hacer es intentar que todo el mundo las cumpla..y esta chica con una determinación admirable le decía a su madre que no había que saltárselas…pero al final la vulneración y el mal ejemplo tanto en el caso de esta chica como en la sociedad ne general está en el que más poder tiene ..La verdad es que si miramos bien este texto es en parte contradictorio, quizá paradójico..pero como la vida misma no?...Y hablando de ingenuidad otro sentimiento positivo vinculado también en cierto sentido por el desconocimiento es la ilusión, que me da a mi que tendemos a cargarnos en los pequeños cada vez más pronto,no hay que vivir en el mundo del sueño pero los reyes igual deberían durar más.)Por cierto,perdemos ilusión conforme aumenta la vergüenza ..cosa que aumenta conforme nos hacemos mayores el pudor y la verguenmza digo..o no?...quizá en bastantes miembros de clase política esta disminuye bastante, como prueba la estampa que nos dejaban unos políticos del partido popular cuando fueron piullados jugando al apalabrados mientras se votaba la privatización de la sanidad propuesta por su partido.. Una vez más podemos contemplar la devoción, la pasión por la política y el gran interés por el bienestar de los ciudadanos que tiene nuestra clase política que si prometiendo las cosas ya no las cumplen imagínense apalabrándolas