domingo, 24 de noviembre de 2013

Los malos salen ganando.

     La imagen  de la sonrisa y la mirada de Kieron  Bryan al salir de la cárcel  el pasado viernes era para verla. Kieron es un fotógrafo freelance que ha pasado dos meses encarcelado junto con activistas de Greenpeace por participar en una acción de protesta contra una plataforma petrolífera en zona de grave riesgo medioambiental. Todavía quedan algunos activistas de Greenpeace encarcelados (catorce) y retenidos (veintiséis) en Siberia. El delito por el que han sido acusados de piratería es el de intentar encadenarse a una base petrolífera en el ártico, bajo la proclama de “salvemos el ártico”. La prisión provisional para los que aún permanecen entre rejas ha sido prorrogada otros tres meses, ya llevan 68 días...

    Mientras una catástrofe como la del prestige se salda con cero responsables, el hecho de protestar, de reivindicar y de intentar tener un mínimo de sensibilidad con el medio ambiente se salda con treinta personas en la cárcel. Sencillamente, no tiene sentido. En el caso de Greenpeace, lo que pasa es que “han tocado las narices” al gobierno ruso y a sus grandes empresas, que son las que se lucran de dicha explotación, importándoles entre poco y nada lo que pueda pasar con uno de los pocos territorio “vírgenes” del planeta. El segundo oficial del barco en el que se encontraban los activistas de Greenpeace, un cámara y una periodista  dijo hace unos días "Encerrado entre cuatro muros de aire y acero, alzo mi voz por treinta héroes, encerrados entre cuatro muros de cemento, por hablar en nombre de nuestro hermoso y frágil planeta encerrado entre los muros de la codicia, la injusticia, la imprudencia y la ignorancia"


    Ya es triste que sean aquellos que protestan para que nuestro planeta no siga siendo maltratado de esta manera los que se vean entre rejas en vez de los que tirando, de codicia, arrasan con el mundo. Atendiendo y ateniendose  únicamente a las leyes del negocio y estando amparados y protegidos por los que dictan las otras leyes que, “curiosamente”, comparten intereses. Cuantos más intereses compartan , más y mejor podrán estirarse (hasta límites insospechados) los márgenes legales.Si ahora han acelerado el proceso, es porque la opinión internacional influenciada por la gente corriente en la que aún existe un mínimo de sentido común se les ha puesto en contra (tampoco se crean que los presidentes han empezado a condenarla en público tajantemente)...En estas cosas predomina la templanza de la diplomacia, con la templanza de la sumisión o, si fuera un jurista que quisiese enrevesar igual diría, ateniéndose a las regulaciones del derecho internacional vigente. Aún así, Rusia, “tan abierta siempre a todo” sigue reteniendo a los activistas. Al menos difusión está teniendo. Delincuentes en la calle, activistas medioambientales en la cárcel…Una vez más, salen ganando los malos.