lunes, 17 de febrero de 2014

Alimañas

    Llevamos ya un tiempo escuchando, viendo, leyendo, de vez en cuando, en los medios de comunicación como diferentes colectivos protestan y reivindican respeto para nuestras costas. Los escrúpulos no existen cuando hay dinero de por medio , en este caso poco importa que se degrade el medio ambiente. No les importó a los que se forraron  construyendo en espacios protegidos y no les importa a los que pretenden realizar prospecciones en busca de yacimientos  de petróleo en Baleares y Canarias. Hace más de un año que el Gobierno autorizó a la compañía Capricon Spain Limited permisos para realizar prospecciones sísmicas en el Golfo de Valencia y en Ibiza .Un proyecto que tiene prevista su fecha de inicio este año y cuya  zona de estudio, tal y como apuntan desde Ecologistas en acción,  coincide con el corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo Norte y está solo a 11 kilómetros de las islas Columbretes, ambas zonas de alto valor ecológico y declaradas como zona especialmente protegida de importancia para el Mediterráneo. En Canarias sucede más de lo mismo, y la empresa que encabeza el proyecto es Repsol. El daño ecológico ya ha sido estudiado y sería gravísimo. Les dejo el enlace de un artículo de Ecologistas en acción en el que se explica detalladamente como afectarían las prospecciones al ecosistema marino, a todos los elementos  que lo componen.  (https://www.ecologistasenaccion.org/article26139.html)

    Hemos visto imágenes de multitud de personas desnudas, protestando, pidiendo que no se lleven a cabo estas prospecciones cuyos responsables no han tenido en cuenta nada, más allá de sus oscuros intereses. En este caso, sin embargo, la oposición frontal a los proyectos es unánime, masiva y conjunta. Y  es que, unos por conciencia medioambiental, otros por estética, otros porque en la pesca les va la vida,  otros por las repercusiones negativas que tendría sobre el turismo y la economía en general… han conseguido unirse para decir No a buscar hidrocarburos en sus costas. Paulino Rivero, presidente de Canarias, reta al gobierno y  está preparando un referéndum para sondear la opinión de la población insular, que ya a primera vista, se prevé contraria. Más delicada, si cabe, es la situación en Baleares donde José Manuel Soria, ministro de industria, energía y turismo,  encuentra enfrente, no solo a los empresarios, vecinos, activistas, pescadores, turistas….sino también a su compañero de partido José Ramón Bauzá. Una descabellada locura en cuyas repercusiones, algunos, ya por tradición ni han pensado. Y si lo han hecho les importa entre poco y nada. Si no les importan las personas, ¿por qué se iban a ocupar de la degradación del medio ambiente? Seguro que si no tuviese el impacto que tiene sobre el turismo, uno de los pilares de nuestra economía, no habría tenido el tema ni la mitad de repercusión. Las aves, los peces, los cetáceos, las tortugas y otras especies que componen la rica biodiversidad que poseemos no estaban en el orden del día de las reuniones que mantuvo el ejecutivo con las empresas petroleras. Igual deberíamos contemplar el medio ambiente como un valor a conservar, a proteger. Las empresas encargadas de las prospecciones y que posteriormente se beneficiarían del posible hallazgo se escudan en que crearían empleo, en que sería una buena noticia para nuestro país. Esconden lo que no les conviene, se desvían y pretenden embaucarnos con tecnicismos y aluden a nuestro desconocimiento.

    
   También las energías renovables crearían empleo y seguro que no perjudicaban al medio de manera tan grave. En cuanto nos descuidamos, ávidos depredadores aprovechan para, sin reparo, llenarse las manos atentando contra el medio ambiente favorecidas por unos gobiernos permisivos a los que esto del “medio ambiente” les importa menos, para los que “el campo” no es más que un lugar para ir los fines de semana con la familia, pero el dinero es el dinero, las influencias son las influencias y las donaciones son las donaciones. Es más, si es necesario, se realizarán las leyes necesarias para que constructores, especuladores y esquilmadores puedan obrar sin restricciones. Se redactarán a su dictado, como ejemplo la última ley de costas de 2013. Como dato, el que apunta Greenpeace, En las últimas dos décadas, la costa española ha perdido una superficie equivalente a ocho campos de fútbol al día. Atentos!