lunes, 4 de noviembre de 2013

Opinión especulativa


   No es que yo suela leer La Razón. En primer lugar por aquello de que los lectores tendemos siempre a leer el medio en el que sabemos que vamos a encontrar lo que nos agrada, o al menos contado de la forma en la que nos agrada, tendemos a reafirmar nuestras convicciones, y no es precisamente el periódico de Marhuenda el que reafirma mis convicciones. En segundo lugar algo que quizá no sea otra cosa que una segunda parte de la primera razón ; Contrastar es muy bonito, sí, nos creemos así conocedores de todos los puntos de vista, poseedores de un amplio conjunto de la realidad cotidiana y capaces de elaborar nuestro propio punto de vista y lanzar nuestra propia opinión. Sería, de hecho lo ideal antes de emitir un juicio crítico, pero…no nos engañemos, en realidad todos tenemos uno, o dos periódicos de referencia, llegando incluso a contrastar la información con algún otro de la misma tendencia. El caso y a lo que íbamos es que tampoco suelo leer, ni mirar siquiera La Razón ante el científicamente probado riesgo de indigestión que tales acciones pueden suponer.
Pero hoy, igual que he mirado la portada de ABC, (en cuya primera y única plana, en portada venía un barquito de papel  con los colores de la bandera catalana y un titular que decía “La independencia será la ruina” acompañada de algunos datos de esos que, por poco conocimiento que tengas  ves que tienen  como mínimo, poco sentido pero que algunos  se creerán. Sin duda el tema y el enfoque más importante del día {nótese la ironía})  me ha dado por mirar la de La Razón. Resaltaba claramente la imagen de Vicente Del Bosque, porque han hecho los de La Razón un estupendo reportaje de la selección española de fútbol., se ve que tiene complejo de Marca, y además de una noticia positiva sobre las pensiones (lo de si era falsa o real ya no lo he contrastado, pero  el titular sonaba a la frase de “los sueldos no han bajado, han crecido moderadamente”) y un anuncio de una clínica que trata la eyaculación precoz  había una encuesta. Si, hoy  en  portada  este periódico traía una encuesta de voto encabezada por el titular” Hoy el PP sería el más votado con una ventaja de cuatro puntos sobre el PSOE”. Una encuesta que sale justo en el momento en el que los socialistas se reúnen para tratar la regeneración de su partido o, al menos, para intentar evitar el tocado y hundido. Porque entre la  valoración ciudadana del principal grupo de la oposición y sus broncas con su parte catalana PSC y con UPYD en Asturias no pasan precisamente por su mejor momento. Los datos de la  encuesta se obtienen teniendo en cuenta una serie de cambios sobre una encuesta realizada a año y medio de las pasadas elecciones y publicada hoy, cuando falta algo más que eso para las próximas y justamente un año y medio para las elecciones Europeas. Una encuesta basada en lo condicional...” De ser hoy las elecciones sería...”. Una encuesta que revela que el bipartidismo sufriría un varapalo, pero que seguiría siendo el PP el partido más votado. Seguro que no publicaría este periódico, y menos en portada, esta encuesta si los resultados fueran otros. El caso es que, viendo el estrecho margen que da ,esta encuesta al PP, anima a los votantes, previa “beatificación de la línea editorial” y fidelidad a sus convicciones a dar su apoyo al PP, a sumarse al carro ganador. Anima a aquellos que están más indecisos, haciendo hincapié en que las minorías siguen siendo minorías, a que no tiren su voto y refuercen al PP, no sea que ese estrecho margen de puntos 32-27 se vea superado y gane la izquierda...Ya se encargará Losantos de pulir la idea.


Qué pena que seamos tan influenciables y nuestros movimientos políticos sean más sentimentales que racionales. España es un país de confrontación y de extremos, eso está más que claro y puede que esta sea una de las razones por las que el consenso ciudadano sea siempre tan difícil. Pero, a lo que iba, estas  encuestas no cumplen una mera función referencial, las publicaciones  en momentos y circunstancias como los actuales, tienen un claro y determinado interés. Las conclusiones que se obtienen de la extrapolación de una muestra a la población y de determinadas informaciones y opiniones  que la complementan y acompañan  y que aparecen en condicional de cara al futuro, pero en primera plana en el presente no son otra cosa que opinión especulativa.