No es que yo suela
leer La Razón. En primer lugar por aquello de que los lectores tendemos siempre
a leer el medio en el que sabemos que vamos a encontrar lo que nos agrada, o al
menos contado de la forma en la que nos agrada, tendemos a reafirmar nuestras convicciones,
y no es precisamente el periódico de Marhuenda el que reafirma mis
convicciones. En segundo lugar algo que quizá no sea otra cosa que una segunda
parte de la primera razón ; Contrastar es muy bonito, sí, nos creemos así
conocedores de todos los puntos de vista, poseedores de un amplio conjunto de
la realidad cotidiana y capaces de elaborar nuestro propio punto de vista y lanzar
nuestra propia opinión. Sería, de hecho lo ideal antes de emitir un juicio
crítico, pero…no nos engañemos, en realidad todos tenemos uno, o dos periódicos
de referencia, llegando incluso a contrastar la información con algún otro de
la misma tendencia. El caso y a lo que íbamos es que tampoco suelo leer, ni
mirar siquiera La Razón ante el científicamente probado riesgo de indigestión que
tales acciones pueden suponer.
Pero hoy, igual que he mirado la portada de ABC, (en cuya primera
y única plana, en portada venía un barquito de papel con los colores de la bandera catalana y un
titular que decía “La independencia será la ruina” acompañada de algunos datos
de esos que, por poco conocimiento que tengas
ves que tienen como mínimo, poco
sentido pero que algunos se creerán. Sin
duda el tema y el enfoque más importante del día {nótese la ironía}) me ha dado por mirar la de La Razón. Resaltaba
claramente la imagen de Vicente Del Bosque, porque han hecho los de La Razón un
estupendo reportaje de la selección española de fútbol., se ve que tiene
complejo de Marca, y además de una noticia positiva sobre las pensiones (lo de
si era falsa o real ya no lo he contrastado, pero el titular sonaba a la frase de “los sueldos
no han bajado, han crecido moderadamente”) y un anuncio de una clínica que
trata la eyaculación precoz había una encuesta.
Si, hoy en portada este periódico traía una encuesta de voto
encabezada por el titular” Hoy el PP sería el más votado con una ventaja de
cuatro puntos sobre el PSOE”. Una encuesta que sale justo en el momento en el
que los socialistas se reúnen para tratar la regeneración de su partido o, al
menos, para intentar evitar el tocado y hundido. Porque entre la valoración ciudadana del principal grupo de
la oposición y sus broncas con su parte catalana PSC y con UPYD en Asturias no
pasan precisamente por su mejor momento. Los datos de la encuesta se obtienen teniendo en cuenta una
serie de cambios sobre una encuesta realizada a año y medio de las pasadas
elecciones y publicada hoy, cuando falta algo más que eso para las próximas y
justamente un año y medio para las elecciones Europeas. Una encuesta basada en
lo condicional...” De ser hoy las elecciones sería...”. Una encuesta que revela
que el bipartidismo sufriría un varapalo, pero que seguiría siendo el PP el
partido más votado. Seguro que no publicaría este periódico, y menos en portada, esta encuesta si los resultados fueran otros. El caso es que, viendo el estrecho
margen que da ,esta encuesta al PP, anima a los votantes, previa “beatificación
de la línea editorial” y fidelidad a sus convicciones a dar su apoyo al PP, a
sumarse al carro ganador. Anima a aquellos que están más indecisos, haciendo hincapié
en que las minorías siguen siendo minorías, a que no tiren su voto y refuercen
al PP, no sea que ese estrecho margen de puntos 32-27 se vea superado y gane la
izquierda...Ya se encargará Losantos de pulir la idea.
Qué pena que seamos tan influenciables y nuestros
movimientos políticos sean más sentimentales que racionales. España es un país
de confrontación y de extremos, eso está más que claro y puede que esta sea una
de las razones por las que el consenso ciudadano sea siempre tan difícil. Pero,
a lo que iba, estas encuestas no cumplen una mera función referencial, las publicaciones
en momentos y circunstancias como los actuales, tienen un claro y
determinado interés. Las conclusiones que se obtienen de la extrapolación de
una muestra a la población y de determinadas informaciones y opiniones que la complementan y acompañan y que aparecen en condicional de cara al
futuro, pero en primera plana en el presente no son otra cosa que opinión
especulativa.