lunes, 2 de diciembre de 2013

Patriotismo barato

     Uno de los aspectos del que no habíamos tenido noticia hasta ahora dentro de la la ley mordaza del gobierno es el de la ofensa a España. Lo mencionaba muy brevemente y de pasada al final del artículo de ayer. Serán multados hasta con treinta mil euros quienes “ofendan a España”. Esto huele muy mal, huele a patriotismo...pero no del buenos, el de preocuparse por su patria y por su tierra...porque ellos preocuparse no se preocupan.Si lo penado fuera ofender o maltratar a los españoles, entonces, la cuantía de las multas que debería pagar este gobierno superaría por mucho las cifras de la deuda pública. Huele pues, a esa derivación negativa del patriotismo que es el patrioterismo. Ese que enarbolaba el otro día Ana Botella cuando dijo en el parlamento de Madrid, sin sonrojarse lo más mínimo, abiertamente y sin dudarlo, que la ideología que había traído el mayor progreso a la humanidad era la del PP, igual fue un momento de locura, pero parecía creérselo y todo. Prueba de que se puede llegar a decir de todo, nada útil pero oye, sin restricciones. Lo de ofender a España, que huele a patrioterismo de fronteras y banderas. ¿En que se concreta esto de ofender a España? Ha preguntado alguna periodista. Bueno, ha vacilado el ministro, proclamas, pancartas, cánticos, dañar símbolos españoles, banderas. Un poco etéreo todo esto, ¿no les parece? Ahora tendríamos que entrar en el debate de cuáles son los símbolos españoles, de que representa a España. Esa España que muchos pronuncian con la boca grande, pero cuya realidad ignoran de manera pretendida, o colaboran en el detrimento de sus condiciones. Esa España, como concepto a la que maltratan en su significado. Un absurdo absoluto porque visto así ¿Qué es España? O mejor, ¿Quien es España?..¿Resulta que si yo quemo la bandera española con el típico toro porque soy antitaurino estoy ofendiendo a España? ¿Resulta que si llevo la bandera tricolor o clamo contra el rey estoy “ofendiendo a España”?. Es que, perdónenme los que creen que algunos aludimos al fascismo o a tiempos de la dictadura sin razón alguna y con una facilidad pasmosa, pero es que lo de la “Ofensa a España” suena mucho a todo esto. ¿Se considerarán España los ministros? Porque en ese caso, si resulta que en una manifestación clamo contra ellos porque no estoy de acuerdo con cómo están haciendo las cosas, pueden sentirse ofendidos y nos caen treinta mil euros.

    Patrioterismo como el que exhibe Luis Santigosa, miembro de nuevas generaciones del partido popular, que vaya racha que lleva el grupo juvenil del PP. Después de los repetidos episodios en los que se ve a miembros de NNGG haciendo apología y aplaudiendo el fascismo y sus símbolos (los dirigentes del partido siempre lo han considerado “chiquilladas”…”total, ¿qué más da son chiquillos,? han alegado”) el sujeto del que hablamos propone electrificar la valla de melilla. A este sujeto (si me permiten la calificación, indeseable) no le basta con las concertinas, le parece que no es suficiente y dice ahora de electrificarlas porque, asegura, están hartos de que se sigan colando los inmigrantes en nuestro país. Al hambre y a la desesperación no se le pueden poner fronteras, pero se les ponen, y se les añaden cuchillas. Y si hacemos caso a este tipo, ue deja ver sin problemas, y seguramente sintiéndose orgulloso de su lucidez, su vena xenófoba...también cabría electrificarla, como a las vallas del ganado. Hablamos constantemente de savia nueva en la política, pero como las “nuevas generaciones” de todos los partidos sean como la de este podemos echarnos a temblar. Porque ha quedado sobradamente demostrado que los jóvenes del PP no solo aplauden los destrozos del grupo de la gaviota sino que apuesta por la “mano dura”. Jóvenes de principios inamovibles, diría Rajoy. Jóvenes engañados, con una mentalidad arcaica y desfasada que se esconden, se agarran, se fundamentan y se excusan en el principio del “patrioterismo”, diría yo.