El 75% de los españoles
admite no haber dado ni un céntimo a una ONG en el último año. Esa era la
conclusión que se desprendía del barómetro del CIS publicado hace seis meses,
elaborado en plena catástrofe del Tifón Haiyan. Dicen que en situaciones de
pobreza y de precariedad social en las que nos vemos obligados a agarrarnos al
último recurso, quizá por empatía resurge el lado humano de las personas,
aunque quizá en este mundo haya mucha gente y no sean tantas las personas.
Sin
embargo vemos como las cifras de desahucios aumentan, al mismo ritmo que lo
hacen las personas que tienen que recurrir a ayudas porque resulta que, aunque
la prima de riesgo haya disminuido, los beneficios de las grandes empresas
vuelvan a repuntar si es que alguna vez han caído , las exportaciones empiezan
a aumentar o mejore la calidad de la deuda...las persona siguen teniendo la
mala costumbre de comer a diario. La inhumanidad podría estar en aquellos que
dictan las leyes, en los que establecen las prioridades, en los que ausentes a
la realidad, o al menos a la realidad general son cómplices o actores directos
a la hora de repartir de manera tan
injusta los sacrificios como los beneficios. Curados de espanto y tras el
desengaño, la apatía, el hastío y el cabreo, después de tanto golpe ya poco nos extraña
Es lógico que uno se pregunte muchas veces, entre
desesperado e impotente tras ver como los gobernantes disculpan y apoyan
acciones abusivas por parte de guardias civiles contra personas que, viven en
condiciones mucho peores que nosotros y que solo intentan mejorar su vida , sin
dejar de jugársela en el intento..¿que está pasando aquí? Ojo, gente a la que siempre ves con una
sonrisa. En la segunda mitad de 2013 y en lo que llevamos de año hemos asistido
a episodios realmente trágicos en costas españolas e italianas. Es muy triste ver que hay gente que no se da
cuenta de que el hambre, la pobreza y la desesperación no se pueden frenar ni
combatir elevando la altura de las vallas, con cuchillas ni con pelotas de
goma. Afortunadamente uno se encuentra con personas como las que vamos a hablar
a continuación, que bien pueden ser ejemplos de entrega y de lucha, de
solidaridad como respuesta. Pero sobre todo de amplitud de miras, de contemplar
una realidad que está más allá y ser incapaces de sentirse impasible ante ella.
La sensibilidad, es un aspecto que posiblemente esté en decadencia, o quizá
simplemente esté aletargado, adormecido a base de golpes, un poco como le pasa
a la conciencia de vez en cuando
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