viernes, 29 de noviembre de 2013

Desahucio de la razón

    La retina de la historia guarda algunas imágenes en la memoria colectiva. Mi memoria histórica, en lo que a lo personal se refiere, es muy reciente porque no llevo tanto en este mundo ,pero si veo policías en un control de televisión pienso instantáneamente en 1981, un 23 de Febrero en que a un descerebrado, por nombre Tejero, se le ocurrió dar un golpe de estado y mandó al ejercito a controlar, por ejemplo, la sede de la radio televisión pública. O a otras tantas intentonas golpistas en países de Sudamérica, por ejemplo, en las que se ha intentado controlar por la fuerza la emisión de un medio de comunicación, en las que se ha coartado abiertamente y sin tapujos de ningún tipo las libertades básicas de expresión y de información. Hoy, sin embargo, se trataba de miembros de la policía nacional, en Valencia, y en un estado presuntamente democrático. En vez de estar desarrollando operaciones contra el fraude fiscal millonario y la corruptela (hoy, por cierto hemos conocido, o reafirmado algunos datos jugosos y sangrantes) se encontraban en la sede de RTVV impidiendo que los trabajadores opusieran resistencia al ya anunciado cierre del medio público Igual que en la escena de un desahucio, un tipo serio, frió ha llegado a la sede de la radio televisión pública para, definitivamente, extinguir su vida. Una vida que, en sus últimos estertores, oliendo ya el final ha sido más real y más sincera que en sus 24 años de duración. Realmente se palpaba en enfado, el disgusto, la desolación, la desesperación, la rabia y la indignación. Ya hablaba en mi artículo de hace unas semanas “Otro buen día para el periodismo” del golpe que esto supone para esta denostada y desprestigiada profesión y de algunas de las cosas que había detrás de este cierre. Hoy no ha sido más que el fin de la historia que muestra como se puede masacrar una radiotelevisión pública y tirarla como un pañuelo sucio cuando ya no sirve.

     Desahuciaban la televisión pública Valenciana al tiempo que nos anunciaban que por participar en el intento de paralización de un desahucio nos podrán caer hasta treinta mil euros. Volvemos a la ley mordaza, si, volvemos a la ley del miedo. También le dedique un artículo hace unos días: Miedo. Esta vez se ha hecho como en otras tantas, se anunciaron medidas totalmente descabelladas, desmesuradas e irracionales a más no poder y ahora las suavizan. Las suavizan relativamente, porque las medidas eran tan absurdas que ahora aunque insultar a un policía en vez de 60000 euros nos pueda costar tres mil, o que haya determinadas situaciones aisladas y muy tipificadas en las que determinadas personas, ojo, autorizadas puedan grabar un abuso de poder ya nos parece menos malo. Parece que nos habíamos hecho el cuerpo con el susto tan horroroso, y ahora, aunque la irracionalidad siga sobrepasando con creces los límites ,lo aceptamos de mejor grado. Todo entraba dentro de la táctica, desde luego. Supongo que entre el batallón de “asesores” elegidos a dedo por el gobierno pero pagados con dinero de todos (no cobran muy mal creo yo) tendrán algún experto o medio entendido en psicología humana, en la que se basa este método. Bueno, ni siquiera medio entendido, basta con que tenga la capacidad de pensar. Además de los aspectos descritos en el artículo antes mencionado que trata sobre esta ley, encontramos uno  sobre el que, hasta ahora no habíamos tenido conocimiento...También se penará la “Ofensa a España”, huele mal, lo se y  escribiré sobre ello en mi reflexión del lunes. Se penará la ofensa a España, no a los españoles…porque si no este gobierno, por fraude, por estafa, por mentira y por maltrato en todos los sentidos estaría “penado en su totalidad”.

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