miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cargarse el medio ambiente sale gratis

 Fue hace exactamente 11 años, otro 13 de noviembre. Unos 1.600 kilómetros de las costas gallegas, del Cantábrico y del oeste atlántico francés, alicatadas de chapapote. Cerca de 20.000 marineros, mariscadores o armadores damnificados. Una movilización humana y de medios sin precedentes (se calcula que, solo voluntarios, hubo 120.000, que hicieron 353.556 jornadas de trabajo. Se agotaron los monos y hubo que buscar contenedores hasta en Ceuta y Melilla)” Público
Once años después de una tragedia histórica, con una de las mayores tragedias medioambientales de nuestra historia este será otro de los días para recordar. Un día en que la justicia falló, en todos los sentidos de la palabra, pero sobre todo en el ámbito no judicial. Un proceso que ha durado once años y que se salda sin responsables.
“”El tribunal que ha juzgado el hundimiento del Prestige frente al litoral gallego ha absuelto de responsabilidad penal a los tres acusados en el proceso: el capitán del buque, el griego Apostolos Mangouras, el jefe de máquinas, su compatriota Nikolaos Argyropoulos y al único cargo público encausado, el ex director de Marina Mercante José Luis López Sors. La Justicia exime de responsabilidad a la Administración al entender que no provocó la catástrofe sino que trató de solucionarla y evitar daños. El único condenado ha sido el capitán del petrolero por un delito de desobediencia a las autoridades aunque no irá a prisión por ello. Según el fallo, "nadie sabe exactamente la causa del suceso .Lo único que se puede probar es el fallo de un tabique estructural", y añade que "el estado del buque era precario y esa previsión solo se le puede adjudicar a los técnicos". El presidente del Tribunal concluye: "La empresa propietaria del barco sabía que sus condiciones no eran las adecuadas pero lo ocultó". Eso sí, la sentencia señala que "no está demostrado que la rotura del tabique fuera la consecuencia del hundimiento, la falta de conservación no podía ser advertida por los acusados".”” Cadena SER
   
    Pese a que en el juicio oral han intervenido muchísimas personas, en el banquillo como acusados solo se han sentado tres personas. Nadie es responsable del terrible daño medioambiental que causaron las decenas de miles de toneladas que impregnaron las costas gallegas. Ni el armador de un barco destartalado, ni el capitán que mantuvo el barco cerca de puerto sin saber qué hacer, ni los responsables políticos que decidieron mandarlo lejos ni un gobierno que minimizó los efectos del desastre. Recordemos que el por aquel entonces ministro de agricultura y pesca , Miguel Arias Cañete, que ocho horas después de que el chapapote asaltara Muxía y cientos de kilómetros de costa declaraba que "la rápida actuación de las autoridades ha evitado una marea negra" sigue siéndolo hoy. El entonces vicepresidente, el de los “hilillos de plastilina” es presidente del gobierno.

     Los vecinos y las plataformas de afectados, los que fueron voluntarios y si tuviésemos una mínima sensibilidad o conciencia, la sociedad en su conjunto, reciben la sentencia con impotencia, con desesperación.”  “"Me da mucha rabia la sentencia. Es una vergüenza que con dinero se compre el silencio”, decía un vecino. Es una sentencia hecha como los famosos trajes del PP, a medida.  Yo solo tenía siete años cuando se produjo la catástrofe del prestige, pero me acuerdo del ver como los telediarios abrían con la noticia, como a las costas impregnadas de petróleo acudían miles de voluntarios  con monos blancos a limpiarlas, supliendo la nula acción de las autoridades competentes. Recuerdo las imágenes de gaviotas que agonizaban asfixiadas, pegadas con el fuel, y hasta recuerdo el llanto y las lágrimas de pescadores y demás habitantes de la zona que veían el mar, su medio de vida, de color negro. Las costas se llenaron crudo y cruda es la sentencia de hoy para muchos. Cruda y difícil de digerir...Como una catástrofe de tales magnitudes no tiene responsables? Cabe recurso, desde luego...
Esto me lleva a otro caso (que no recuerdo porque solo tenía tres años) pero del que he tenido conocimiento posteriormente. El desastre de Aznalcollar producido por un vertido de residuos tóxicos, que se escaparon de unas balsas, al parque natural y nacional de Doñana. También provocó graves daños ecológicos y también todos fueron absueltos. Hubo un hombre, trabajador de la empresa sueca propietaria (Boliden), que denunció el precario estado de las balsas con insistencia antes de que se produjera el incidente, advirtió de la probabilidad que tenía la balsa de estallar. No solo fue despedido de la compañía sino declarado persona non grata en la localidad. Cuando el accidente se produjo colaboró activamente con la justicia y cuando en el último juicio la jueza absolvió a todos los acusados y decretó que no había delito penal, ese mismo día aquel hombre murió de un infarto al corazón tras leer el periódico.  Manuel Aguilar Campos se llamaba. Hoy el medio se ha recuperado, pero los 90 millones de euros que costó limpiar todo y el destrozo medioambiental lo pagaron los Andaluces.

Nos estamos acostumbrando, y vergonzosamente estamos asumiendo que en nuestro país, cargarse el medio ambiente sale muy barato, cargarse el medio ambiente sale gratis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario